7.9.12

A pureza do ADN

Este texto paréceme soberbio, fermoso, emocionante:
Los libros en papel son un lugar privilegiado de la memoria, un lugar de memoria que permite crear en el imaginario del lector un espacio de representación, un teatro interior; que permi
te desarrollar el pensamiento del lector como un pensamiento teatral, como un espacio mental en el que se representa lo que el autor ha escrito y que se representa a sí mismo a través de lo que el autor ha escrito. Y eso es así porque los libros poseen unos límites físicos dentro de los cuales la memoria queda fijada: poseen una camisola mnemónica que les dota de estabilidad diacrónica, que delimita su principio y su final; poseen un final o un desenlace que, como un vector que atraviesa el libro, estructura su contenido y lo dota de sentido, como una columna vertebral; poseen una personalidad tipográfica, una personalidad estructural única [Patrick Bazin, Bruno Latour «Le livre face à l'écran, un objet irremplaçable?» (2007); tomado de aquí]. 
FOTO: o meu smartphone-LIBRO; a miña tablet-LIBRO, o meu ereader-LIBRO e mais un... LIBRO (Emily Brontë: Cumbres borrascosas, Barcelona: Destino, 1943), herdo dunha miña tía xa falecida.

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