11.12.07

...non ten cancelas

Hai unha característica anexada ao exercicio da política nos tempos que corren, que non sei se relacionar coa incontinencia verbal, coa incapacidade de discernir claramente a realidade, ou cunha combinación destes dous factores. Ben sei que os medios de comunicación son mestres en descontextualizar e/ou terxiversar o que se di. De maneira que, ao que segue, quero concederlle o beneficio deste escrúpulo, que se non… En fin, xulgue por vostede mesmo. A entrevista coa Sra. Conselleira de Educación da Xunta publícaa o xornal El País o pasado día 9. Reproduzo un par de pérolas cultivadas.
Pregunta: ¿Pero se estudia siempre en la universidad para trabajar en algo relacionado con esa carrera? ¿Lograrán las titulaciones de Filosofía o las Filologías cumplir ese requisito?
Resposta: En EE.UU las empresas de bioinformática contratan a filósofos o a humanistas.
[…]
P.: Otro requisito [do EEES] será un número máximo de años para que los estudiantes terminen la carrera. ¿No puede llevar a los centros a bajar el nivel para aprobar a más gente?
R.: No porque va a haber una evaluación y se verá que resultados alcanzan esos titulados en el ámbito profesional. Se les preguntará: “¿Dónde están sus titulados? ¿Están al frente de una gran empresa? ¿Tiene usted algún Premio Nobel?”

"Con dos narices" (por non ser procaz).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Eu, que tampouco quero ser procaz (hoxe), deixarei para outro día a miña opinión sobre o EEEEEEEEES.

Anónimo dijo...

Home, que se lle vai pedir aos políticos nalgo tan espiñento como a educación!

O habitual neste eido é:

a) Non tomar o touro polos cornos, senón acariciarlle o rabo.
b) Buscar a aprobación do electorado con promesas ou anuncios demagóxicos e puerís (a última de IU é de nota!).
c) Botar balóns fóra e escaquearse ante os problemas graves.
d) Ir tirando até a próxima lexislatura e a ver se sego no cargo.
e) Presentar unha realidade maquillada e marabillosa, aínda que se vaia pudrindo pouco a pouco.
f) Cargar todas as responsabilidades no profesorado e ningunha no alumnado nin nos pais.
g) Buscar a axuda cómplice dos equipos directivos oportunistas e de profesores aduladores.
h) Non tomarse en serio a preparación do profesorado ante os retos presentes e futuros.
i) Non reciclar nin mellorar os servizos de inspección educativa, adoito cheo de incompetentes e vagos.
k) Etc., etc., etc.

juan l. blanco valdés dijo...

Amigo cultivador de abellas: o seu completo decálogo é paradigmático e merecente dun post específico que, co seu permiso e citando a fonte, claro está, vou publicar en vindeiros días.
Pódese dicir máis alto pero non máis claro.

Anónimo dijo...

Grazas por tan inmerecido honor. Se o chego a saber redáctoo mellor.

Naturalmente, o comentario ía sobre o ensino de secundaria e/ou bacharelato. Pero se tamén o quere do universitario, non ten máis ca pedir por esa boca.

Un saúdo.

Manuel Ángel Candelas Colodrón dijo...

Seguro que o leu, pero permítame incorporarllo ao seu blog:
MAZARELOS 82, El correo gallego, 20/12/2007
MANOLO FRAGA
Aquí nada ha cambiado, decía Toya (hoy profesora Vázquez Rozas) mirando a la plaza de Mazarelos al pie del eminente santiagués Montero Ríos. Entonces pensé aquello de que hay veces en la vida en que las cosas cambian y jamás vuelve a ser como antes. Ya por la mañana, en el acto del XXV Aniversario de la promoción de Filología, nuestro querido y académico profesor Guillermo Rojo nos lo había dicho por activa, "todos hemos madurado", y por pasiva, "con un cierto temor al reencuentro con nosotros mismos en los ojos de los demás". También agradecí escuchar de la mesa que estábamos en nuestra casa, a pesar de que el edificio fuese otro, "pero es la misma facultad de Filología".

Tiempos de a las once, asamblea o "desaloxe", tantas veces por razones peregrinas que la mayoría aprovechábamos para irnos al Candilejas o a la cafetería de Historia.

Significativa fue la revuelta de los pisos, que se habían puesto por las nubes, en aquel tránsito del colegio mayor a compartir vivienda con tres o cuatro. Tiempos de brutal especulación de alquileres.

Las protestas y concentraciones fueron de tal calibre, con la policía en la calle a diario, que nos dieron las vacaciones de Navidad antes de la Inmaculada. El mismo curso de aquel frustrado paso de ecuador, cuyo único destino fue la discoteca Pop-Pool, en la calle Gómez Ulla. Nuestro apreciado profesor de Literatura Española, Darío Villanueva, nos acompañó aquella noche, tras habernos comprado la entrada.

Lo mejor de aquella peripecia fue conocer a Rosa López Gato y Xosé Luís Regueira (de Románicas), Joaquina (de Germánicas) y también a Eva Castro (de Clásicas).

Tiempos de FB, los libros marcados como "frecuente" en la biblioteca porque había varios ejemplares; los otros, los únicos, siempre estaban prestados a los que iban por delante de la tropa. Aquella biblioteca, más bien una sala de lectura, en el sótano, donde encontrabas sitio fácilmente después del quince de junio, los que teníamos que ir a los exámenes finales.

Tiempos de estudio colectivo en el piso de alguien, como aquella original prueba tipo 24 horas de Le Mans, del profesor Iglesias Feijóo. De un día para otro tuvimos que hacer un trabajo exigente de crítica literaria. Asustados y agrupados pasamos la noche en vela, tras ocupar la tarde en reunir bibliografía. Yo caí en el piso de Juan Blanco, hoy subdirector del Servicio de Publicaciones de la USC, donde se agotaron las existencias de café a las cinco de la madrugada.

Tiempos de fiestas también, donde más que "botellón" hacíamos cenitas y luego cantábamos con las guitarras. Como aquel remedo de Jarcha que formamos la hoy periodista Isabel Freire, Amparo Ascariz y Pepa Barrios (ambas de Lugo), Jose Meléndez (de Biología)? Tiempos de Hilario Camacho, Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute? de los cuatro luceros, ojalá, al alba.

Tiempos de Mazarelos, donde habíamos hecho Filología hace veinticinco años, que más tarde fue Periodismo y hoy Filosofía. Al volver a casa tenía la tripa encogida por el vértigo, y lo cierto es que no pude vomitar la nostalgia hasta el día siguiente. El tiempo no es sino el espacio entre recuerdos, dice Henri Frédéric Amiel. Lo que no se comparte se pierde para siempre.

juan l. blanco valdés dijo...

Pois non, Arume, non o lera. Moitísimas grazas polo aviso; o texto de Manolo tróuxome unha infinidade de evocacións e recordos.
Buon Natale! Apertas.