7.11.05

Fontes de estudo dos universitarios españois.

(tomado de ABC, 18/10/2005)

Casi la mitad de los universitarios españoles (42%) no han com­prado ningún libro de texto o de consul­ta, según una de las conclusiones del estudio sobre el «Libro Académico y de Consulta en la Universidad Españo­la», cuyo avance ha sido presentado por la Federación de Gremios de Edito­res de España (FGEE) en Líber 2005. Las conclusiones reflejan también que el 93% de los estudiantes han adquiri­do menos de cinco libros durante el curso de referencia y que la media de libros comprados por alumno y año no llega a dos ejemplares, en concreto 1,9.
El trabajo se llevó a cabo durante el curso pasado (2004-05) mediante entre­vistas a 1.500 estudiantes y 350 profeso­res de universidades públicas y priva­das de toda España. De acuerdo con las conclusiones, el 99 por ciento de los alumnos utilizan los apuntes del profe­sor como fuente de estudio, aunque el recurso a los libros de texto también es frecuente.
Esto significa que, en opinión de los alumnos, los apuntes del profesor recogen lo imprescindible para supe­rar la asignatura, «son suficientes y los libros —de texto o de consulta— se consideran como una herramienta prescindible en algunas materias». Cuatro de cada diez alumnos (una me­dia del 42,3%) aseguran que no com­pran libros porque «son caros». Este porcentaje es más elevado en Ciencias de la Salud, donde más de la mitad (55,1 %) justifican su decisión en el alto precio de los manuales. El 44,3% de los alumnos de Ciencias Sociales y Jurídi­cas, el 40,2% de Experimentales y el 24,7% de Humanidades se manifiestan en el mismo sentido.

Desigual distribución
La media de libros comprados por los profesores es de 7,3 ejemplares al año, con desigual distribución: un 38% de los docentes adquieren las tres cuartas partes de ese porcentaje, y el 62% el res­to. Por áreas de conocimiento, los do­centes de Humanidades adquieren una media de 11 ejemplares al año, mientras que los docentes de Ciencias Experimentales, Técnicas y de la Sa­lud compran de promedio monos de cuatro ejemplares. Sefjún el estudio, «este descenso en las ventas de libros podría compensarse con una mej or do­tación de los fondos de las bibliotecas universitarias», ya que a pesar de que un elevado número de estudiantes no compran libros, «la gran mayoría si los utilizan».
Las bibliotecas universitarias son usadas principalmente como lugar de estudio, según el 57 % do los alumnos, y de consulta o préstamo (40%). En este sentido, el documento resalta que al comparar la dotación de las bibliotecas universitarias españolas con las de países de nuestro entorno, el resultado es «muy negativo para las españolas».
Los datos de la encuesta señalan que otro de los motivos que argumentan los estudiantes para no comprar libros es el de «encontrarlos en la bibliote­ca». Sobre el uso que los universita­rios hacen de estas instalaciones casi siete de cada diez las emplean como meras «salas de lectura de apuntes».

Situación desfavorable
El informe promovido por la Federa­ción de Gremios de Editores constata el «aumento» de las fotocopias como «al­ternativa a la compra de libros». Los alumnos fotocopian sobre todo apuntes y capítulos o fragmentos de libros, en ocasiones por sugerencia de sus pro­pios profesores, que a su vez hacen lo mismo con artículos de revistas.
Sobre esta práctica, la mayoría de los alumnos y una parte importante del profesorado consideran que no es­tán vulnerando ninguna ley de propie­dad intelectual cuando recurren a ella.
El «Estudio sobre el Libro Académi­co y de Consulta en la Universidad» concluye que en estos momentos se ad­vierte una situación «nada favorable» para el libro universitario enEspaña y exige «un cambio en profundidad en los planes de estudio y en la inversión en la Universidad para, en el marco de los acuerdos de Bolonia, mejorar la si­tuación», ya que propone potenciar la investigación frente a las clases presenciales y los apuntes del profesor.
El presidente de la FGEE, Emiliano Martínez, atribuye esta escasa presen­cia y uso de libros entre los universita­rios mas a «un acomodo» y sustitución de los textos por apuntes y fotocopias que a una utilización de internet o bases de datos informatizadas. «Los universitarios -afirma- no se van a comprar todos los libros que consultar para una asignatura, para eso están las bibliotecas universitarias», aunque «son insuficientes».

Círculo vicioso
Asimismo, atribuyó a un círculo vicioso los precios de los libros, debido a que los costes fijos son elevados, pues las tiradas son pequeñas en muchas especialidades, a veces de 500 ejemplares. Para Martínez estas circunstancias reflejan un «tono» que no favorece la calidad ni la búsqueda de excelencia en la institución universitaria, aunque confio en que el Espacio Europeo de Educación Superior ayude a mejorar.

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