20.2.09

Julián

Julián era desas persoas que chama preciosidad a todo o mundo; aos seus amigos varóns, cando nos saudaba, bicábanos; aínda lembro os pinchazos dos cañotos da súa barba e a súa pel curtida, de home moreno, forte e viril. Julián contaba os coñecidos por amigos e os amigos por centos. Hai xente que semella ir espallando infortunio e mal rollo por onde queira que vai e xente que pensa que nunca é abonda a felicidade que pode repartir. Julián era o emperador do segundo grupo. Hai un par de semanas cumpriu 42 anos. Leveille unha caixiña de bombóns belgas, de chiculate escuro, ao hospital. A última imaxe que teño del é comendo, a duras penas, un bombón.
Hoxe, tras loitar coma un jabato contra a enfermidade, Julián marchou. E eu non teño xa máis bágoas para choralo.

10 comentarios:

Ana Bande dijo...

Unha aperta e que sexan tantas bágoas como se precisen para chorar a quen se quere.

juan l. blanco valdés dijo...

Obrigado, Aniña, de verdade. Apertas.

Anónimo dijo...

Juan, como dices somos centos os amigos de "Julianón"... el me llamaba "Jaimón". Es un día triste, después del montón de días tristes desde que nos enterábamos de lo que le pasaba, pero hasta estos últimos días nuestro Julian seguía con esas ganas de luchar por la vida que siempre tuvo. Un abrazo. Jaime Asensi

juan l. blanco valdés dijo...

Jaime: cada vez que le preguntaba que tal, con un hilo de voz que cada vez se hacía más pequeño decía: bien. No lo oí quejarse ni un sólo día. Era un puto campeón y como un puto campeón se fue.
Nos vemos.

bouzafria dijo...

Onte outro amigo de Julián, notario en Compostela, tamén con bágoas, falounos del.
Síntollo.

juan l. blanco valdés dijo...

Grazas, amigo. Unha aperta.

Anónimo dijo...

Reciban as miñas condolencias vostede, todos os seus amigos e a súa familia.

Anónimo dijo...

Non tiven tanto trato con el coma tivestedes ti ou Jaime, pero sempre o lembrarei cun sorriso na cara e unha palabra amable na boca.

Anónimo dijo...

Juan sé cuanto os queríais y te acompañamos de corazón en tu dolor que es el nuestro. Es cierto, Julián tenía esa capacidad de empatizar; al primer día de conocerlo te llamaba cariño y al segundo ya pasabas a ser su amigo. Para nosotros fue más que eso, nos convirtió en una gran familia, nos dió la categoria de hermanos y para nuestros hijos era "el tío Julián". La etapa que pasamos criando a nuestros niños con él nos pertenece. está ya incrustada en nuestra alma. La tristeza nos embarga pero aún así tenemos que reconocernos afortunados porque formamos parte de su vida. Con esto nos vale. El otro día Julianciño le explicaba a unos niños que su padre estaba en el cielo y le señalaba una estrella. Era Venus. Para nosotros Julián es a partir de ahora Venus, la primeira estrella que sale en el firmamento. Os queremos. Pilar y Manolo

Juan L. Blanco Valdés dijo...

La primera estrella en salir y la última en desaparecer. Sí, Pilariña, eso lo retrata muy bien. Con todo el dolor de su pérdida (todavía no me puedo cree que no vaya a volver a verlo), encuentro mucho consuelo, en efecto, en el privilegio de haber sido su amigo.
Siempre que mire a Venus lo veré. Y sentiré que no se ha ido. Porque nunca muere quien ha nacido para no morir.
Gracias a todos los amigos que han visitado este cuaderno y han dejado las sinceras muestras de su condolencia.