O futuro da actividade dos actuais xestores dos dereitos de autor perante os retos das novas tecnoloxías foi analizado onte na segunda xornada do XXII Encontro sobre a Edición, O editor perante os novos desafíos da propiedade intelectual, dirixido pola directora editorial de Tusquets, Beatriz de Moura e co patrocinio da FGEE e CEDRO, celebrado no seo dos cursos internacionais da UIMP en Santander. O sentido das intervencións, tal como as recolle a nota de prensa remitida pola secretaría da AEUE, é moi interesante e sinala por onde van os tiros:
Francisco Cuadrado, director de Ediciones Generales del Grupo Santillana, inició la sesión, moderada por Jesús Badenes, director general de la División Editorial Librerías del Grupo Planeta, y se mostró firmemente partidario de que el sector del libro debe hacer una defensa clara de la propiedad intelectual y crítico con una nueva era digital donde se supone que todo va a ser gratis y donde no se reconoce la propiedad intelectual. Por ello, insistió en la necesidad de buscar un marco adecuado para que se reconozca la propiedad intelectual y, en este punto, se quejó de la actitud de las autoridades que calificó de un poco demagógicas. Hay que pedir, exigir, trabajar por un marco legislativo en que las nuevas tecnologías respeten los derechos de autor y al libro. Y para conseguirlo, los gobiernos deberían implicarse más. El representante del Grupo Santillana también se mostró crítico con su propio sector porque no hemos tomado una postura común y en estas circunstancias creo que es difícil darse a respetar como colectivo a todos los que participamos en el proceso del libro: autor, editor, agentes literarios.
En el debate Los actuales gestores de los derechos de autor y perspectivas de su actividad ante los nuevos retos que platean los nuevos medios de difusión, la agente literaria, Antonia Kerrigan, se mostró absolutamente convencida de que en en veinte años todos los libros del mundo estarán digitalizados pero advirtió que otra cosa muy distinta es quiénes serán depositarios de esos archivos y cómo se gestionará el acceso a sus contenidos. Se mostró escéptica ante las supuestas y únicas ventajas de las nuevas tecnologías y realizó una cartografía circunstancial sobre la literatura digitalizada. Aunque Google pueda automatizar el escaneo a gran escala y velocidad, dudo de que pueda dar por bueno un texto sin intervención humana. El coste es muy alto para un beneficio dudoso. Kerrigan también llamó la atención sobre los medios de protección de la red. Como sabemos la protección de un sistema informático de uso universal salta por los aires en cuestión de días aunque, hoy por hoy, es difícil pensar que alguien haga ese esfuerzo por leer gratis una novela en la pantalla de un ordenador, puede que en el futuro la red no sea tan libre como hoy. En clara alusión a la situación generada por las actividades de Google en la digitalización de libros, Kerrigan recurrió al refrán de la aguja y el pajar para señalar que la paradoja del gigante del software es que te roba el pajar y te devuelve la aguja.
Ana Nuño, directoria literaria de Reverso Ediciones, inició su turno con dos observaciones sobre el gran lobo feroz: Google e Internet y aseguró: no me asusta Internet ya que está es una herramienta más para los editores. La directora literaria explicó que un libro para existir plenamente no solo depende la relación autor-editor, del marketing sino que tiene ajustarse a un contexto cultural adecuado y es ahí donde la figura del editor es irremplazable. Ante la irrupción generalizada de Internet y las nuevas aplicaciones de Google, Nuño dijo que la función del Editor como dador de prestigio, de jerarquización de valores se ve seriamente comprometida. La editora declaró su apoyo a las nuevas tecnologías pero con compromiso y terminó su intervención advirtiendo que no hay que engañarse: la digitalización va a ser un problema. Hay que establecer términos contractuales muy precisos y llegar a un tipo de acuerdos beneficiosos tanto para Google como para nosotros.
El agente literario británico, David Godwin, cerró el turno de ponencias y se mostró abierto a las nuevas tecnologías: el mundo digital está aquí y no se puede parar y como al mar no se le puede poner puertas. El británico dijo que Internet ha cambiado el hecho de leer, ha democratizado la lectura. Para él la relación entre los derechos de autor y el libro es un tema que se puede debatir pero, matizó, no se puede centrar solo en el objeto libro como tema meramente contractual. En voz alta dudó de que sea más real un libro en papel que otro digital. Los libros se venden en diferentes formatos. Para David Godwin el cambio es irreversible" en el sector editorial.
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