Este texto paréceme soberbio, fermoso, emocionante:
Los libros en papel son un lugar privilegiado de la memoria, un lugar de memoria que permite crear en el imaginario del lector un espacio de representación, un teatro interior; que permi
Los libros en papel son un lugar privilegiado de la memoria, un lugar de memoria que permite crear en el imaginario del lector un espacio de representación, un teatro interior; que permi
te
desarrollar el pensamiento del lector como un pensamiento teatral, como
un espacio mental en el que se representa lo que el autor ha escrito y
que se representa a sí mismo a través de lo que el autor ha escrito. Y
eso es así porque los libros poseen unos límites físicos dentro de los
cuales la memoria queda fijada: poseen una camisola mnemónica que les
dota de estabilidad diacrónica, que delimita su principio y su final;
poseen un final o un desenlace que, como un vector que atraviesa el
libro, estructura su contenido y lo dota de sentido, como una columna
vertebral; poseen una personalidad tipográfica, una personalidad
estructural única [Patrick Bazin, Bruno Latour «Le livre face à l'écran,
un objet irremplaçable?» (2007); tomado de aquí].
FOTO: o meu smartphone-LIBRO; a miña tablet-LIBRO, o meu ereader-LIBRO e mais un... LIBRO (Emily Brontë: Cumbres borrascosas,
Barcelona: Destino, 1943), herdo dunha miña tía xa falecida.
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